A través de los años, el cuidado y cultivo de árboles bonsái ha dado origen a distintos métodos de cuidado que satisfacen los requerimientos físicos y artísticos de este maravilloso árbol. Se conocen como bonsái todos los árboles que son cultivados en macetas o recipientes pequeños, impidiendo de esta forma su crecimiento y obteniendo la forma de árbol en miniatura por medio de un podado especial.
Tener un bonsái no es tan difícil como parece ser; solo se deben conocer algunas técnicas necesarias para el cuidado y tener mucha paciencia ya que son arboles de crecimiento lento. En general, lo más importante a tomar en cuenta en el cuidado del bonsái es el riego, el abonado, la poda y el lugar perfecto para su colocación y crecimiento.
Cuidados del bonsái adulto
- El riego: la frecuencia del riego del bonsái varía según la especie de árbol, el tamaño, el clima y la bandeja donde se encuentre plantado. No importa en qué momento del día se riega el bonsái, se debe regar cuando la tierra se encuentre ligeramente seca, con agua de calidad y bajos niveles salinos, preferiblemente agua de osmosis o potable. Evitar regar rutinariamente el bonsái y observar siempre los cambios para así saber cuándo se debe regar.
- La tierra: según la especie del árbol plantado varían los componentes de la tierra; sin embargo, lo más común es una mezcla para arboles compuesta por akadama, compos orgánico y grava.
- El abonado: los elementos más importantes del abono son el nitrógeno (N), el fosforo (P), y el potasio (K). Es importante elegir el abono adecuado, ejemplo: durante el la primavera el abono debe tener una proporción alta de nitrógeno (NPK 12:6:6), durante el verano debe ser más equilibrado (NPK 10:10:10), y durante el otoño se debe preparar el árbol para el invierno fortaleciéndolo (NPK 3:10:10). El abonado debe realizarse durante la etapa de crecimiento del árbol durante la primavera hasta finales de otoño y no se deben abonar árboles enfermos ni recién trasplantados.
- Plagas y enfermedades: asegurar el tener la mezcla perfecta de abono, el riego adecuado y el árbol abonado durante el crecimiento, evitará las plagas y enfermedades en el árbol.
- Trasplante: durante los primeros años el árbol debe ser trasplantado cada 24 meses e incluso cada 12 meses. En la etapa de adultez el trasplante puede realizarse cada 4 o 5 años; los bonsáis se deben trasplantar cuando las raíces del árbol comiencen a enrollarse alrededor de la maceta.
- La maceta: mientras los bonsáis adultos se adaptan bien a las macetas pequeñas, los bonsái jóvenes requieren de macetas más grandes para su crecimiento. Estas macetas por lo general son de cerámica y se pueden conseguir de cerámica japonesa, la cual es de gran calidad.