El mantenimiento de los olivos parece algo complicado si solo se observa este impresionante árbol milenario, sin embargo, sus características permiten a cualquier persona cuidar de el en cualquier jardín sin muchas complicaciones.

Los olivos son arboles pertenecientes a la familia de las oleácea, alcanzan una altura de unos cuatro metros en su adultez y pueden llegar a vivir cientos de años, siendo conocidos como olivos milenarios. Tienen la particularidad de poder adaptarse a todo tipo de suelo y clima desde los más suaves hasta los más fuertes. El mantenimiento de los olivos es una tarea que no requiere de mayores conocimientos y con unos cuantos consejos se puede tener un olivo milenario en cualquier jardín y aprovechar de todas sus propiedades y frutas.

Mantenimiento de los olivos

El suelo: los olivos milenarios pueden vivir en cualquier tipo de suelo, sin embargo, mientras más fértil sea le será más ventajoso. El terreno debe estar bien drenado y a un metro de radio del tronco el suelo debe estar bien oxigenado y libre de maleza.

Ambiente: deben tener una abundante exposición al sol y evitar las sombras de otros árboles o edificios cercanos.

El riego: sus cualidades les permite crecer en clima mediterráneo con sus precipitaciones normales, no obstante, para lograr mejores aceitunas y hojas más brillantes se le puede administrar un riego por goteo moderado.

La poda: todos los años deben podarse los olivos milenarios, se suele realizar una poda de formación con la cual se moldea el olivo a la forma en la que crecerá durante los primeros 10 años, una poda de aclareo en la cual se eliminan las ramas que impiden el paso de la luz hacia la copa del olivo y una poda de pinzamiento anual que es más estética para mantener su forma habitual.

La oliva o aceituna como es conocida en algunos países es una fruta que ofrece grandes beneficios a los consumidores y de ella se extrae el aceite que ha recorrido todo el mundo por sus múltiples beneficios para la salud.