Un buen drenaje es sinónimo de un jardín cuidado. Que un suelo evacue correctamente el agua acumulada por la lluvia o el riesgo es fundamental para que las plantas estén en buen estado. De lo contrario, se echarán a perder, con la consecuente pérdida no solo estética, sino también económica. Las medidas para mejorarlo van de trucos simples hasta planificaciones más complicadas. Dedicarle una tarde a esta tarea o varios fines de semana dependerá del suelo del jardín. Lo que sí es seguro es que, después de subsanar las deficiencias, tus plantas te lo agradecerán.

Como mejorar el drenaje del jardín

El uso de tuberías es un sistema muy utilizado en los que es preciso mejorar un drenaje que se encuentra en una situación crítica. Una disposición muy utilizada es el sistema en espina de mercado, donde los ramales secundarios recogen el agua de casi toda la parcela hacia la tubería principal. Las tuberías principales pueden desembocar en una zona donde el drenaje es mejor o bien en una especie de sumidero que se construye manualmente.

En el caso de que el drenaje sea excesivo, es señal de que el suelo es muy arenoso y es necesario compactarlo un poco. Se puede añadir un poco de arcilla al suelo. También puedes crear una estructura de retención de agua para que este no se filtre tan rápido. En suelos de drenaje excesivo el riego debe ser más habitual, sobre todo en épocas de calor, lo que significa un engorro en gasto y dedicación.

En el caso de suelos con escaso drenaje, las razones pueden ser muchas, pero las más comunes son el suelo arcilloso, lo que se mejora con materia orgánica en la tierra, o suelo demasiado compacto. El terreno se compacta por el constante trajín en el jardín y por las lluvias que mueven el terreno. Esto se soluciona pinchando y removiendo el suelo de vez en cuando. Dos veces al año será suficiente. Un rastrillo, una pala o un sacabocados son las herramientas necesarias.