Los olivos milenarios son una clase de árbol de bajo tamaño y tronco ancho. Con una historia ancestral de más de 6.000 años, estos maravillosos árboles son de origen mediterráneo y se encuentran en gran manera en España y alrededor de toda la Península Ibérica. Pueden llegar a vivir cientos de años; uno de los más antiguos estudiados en España registró una edad de 1.700 años.
Características de los Olivos milenarios
Son arboles de raíces pequeñas que permiten a las personas poder trasladarlos de un lugar a otro sin dañarlos y sin importar la edad. Poseen troncos anchos y retorcidos que a medida que crecen verticalmente se hacen más delgados, además, poseen un tipo de hoja llamada perenne la cual se caracteriza por ser la hoja que mantienen el árbol vestido durante todo el año; mientras unas hojas caen, otras crecen y florecen manteniendo el árbol vivo durante todas las temporadas del año.
Los olivos milenarios son árboles duraderos y poco exigentes ya que no requieren de mucha agua para su cuidado. Por su propio proceso evolutivo y su establecimiento territorial, soportan muy bien altas temperaturas y sequias haciéndolos resistentes a casi cualquier adversidad ambiental, siendo ideales para plantarlos en jardines ya que sus raíces crecen hacia abajo y además aportan bondades únicas.
Es un árbol que prefiere más las altas temperaturas que el frio; sin embargo, también es muy resistente a las bajas temperaturas del invierno y por ello viven perennemente a lo largo de los siglos.
Un árbol que sobrevive a todos los escenarios y mantiene su esplendor y belleza de manera única es el árbol ideal para plantar en un jardín, el cual brindará sombra durante el día y ofrecerá un agradable olor puesto que su fruto es la aceituna de la cual se extrae el aceite de oliva. Además de ocupar un espacio proporcional a su esplendor y protagonismo, el olivo milenario de Macrobonsai no sólo será un centro de atención sino que, enriquecerá en la misma manera las propiedades del jardín.