Las rosas son unas de las flores más bonitas, tradicionales y fragantes que puedes plantar en tu jardín, no hay rosas sin espinas, pero estas grandiosas flores presentan la ventaja de no requerir muchos cuidados, lo único que necesitan es un poco de atención, un lugar soleado y un suelo con un buen drenaje.

Cualquier variedad de rosas queda bien en el jardín, pero es importante comprobar cuáles pueden crecer mejor según la zona en la que vives consultando una guía regional de rosas.

Tipos de rosas para jardines

Floribunda: es el más colorido y florece libremente en frondosos arbustos que producen grupos de entre 3 y 15 capullos, estos arbustos pueden crecer aislados, pero el resultado será más vistoso si se plantan juntos y formando filas.

Rosal híbrido de té: es una de las variedades de rosales más populares y crece en forma de arbustos verticales que producen una sola flor por cada tallo

Grandiflora: es una mezcla entre la floribunda y el rosal híbrido de té, puede llegar a alcanzar 1,80 m de altura, produciendo las clásicas rosas híbridas de té.

Rosales paisajísticos: este tipo de rosas puede alcanzar distintos tamaños y adquirir distintas formas, además puede adaptarse a cualquier paisaje, crecen cerca del suelo y son resistentes por naturaleza a las enfermedades.

Rosal trepador: aportara vida a cualquier jardín y suele crecer alrededor de vallas y rejas, tienen tallos largos y arqueados que pueden producir muchas flores, cubriendo columnas, muros o cualquier estructura que les ofrezca soporte.

Rosal miniatura: son los más pequeños que existen y pueden crecer en cualquier sitio, llegando a medir entre 15 cm y 70 cm, florecen continuamente y son estupendas para plantar en macetas bordear jardines, adaptándose perfectamente a pequeños lugares

Rosal de pie alto: posee raíces muy fuertes injertadas a un tallo largo a cuyo extremo a su vez se le injerta un rosal, es visualmente espectacular, pero requieren más cuidados para sobrevivir al invierno.