Las palmeras o palmas son plantas arbóreas de la clase Monocotiledóneas, pertenecientes al orden Espadicifloras y a la familia Palmae que portan un penacho o corona de hojas en la parte superior de un tallo generalmente único y no ramificado denominado estípite y constituyen uno de los principales grupos botánicos de interés ornamental. En las palmeras se encuentran más de 200 géneros y alrededor de 3.000 especies que habitan en las zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo. La gran mayoría de las especies de palmera proceden de las regiones tropicales de América, Malasia y lugares cálidos de África.
Las palmeras son excelentes como plantas decorativas, constituyendo por sí mismas puntos con una atracción especial si disponen del espacio suficiente. Los grupos de una sola especie suelen ser muy efectivos, sobre todo cuando se evita la polarización y se emplean plantas de diferentes tamaños.
Riego y abono de las palmeras
Riego: debe ser frecuente desde que se planta una palmera en el jardín hasta que tiene unos 2 años. Luego de este periodo la palmera ya se habrá establecido en la tierra y será capaz de mantenerse con el agua de lluvia o con pocos riegos. Muchas especies son resistentes a la sequía, pero hay otras más exigentes que viven en la naturaleza junto a los márgenes de ríos y zonas pantanosas. Los Palmitos, originarios del Mediterráneo occidental, están entre las palmeras que menos agua necesitan para sobrevivir.
Abono: en general no exigen suelos ricos en nutrientes. No obstante si abonas todos los años lo agradecerán creciendo con rapidez y ofreciendo unas palmas de color verde intenso, si el suelo es pobre y malo deberás abonar con más razón.
El abonado puedes hacerlo optando por uno orgánico o uno mineral. Cualquiera de las dos opciones es buena. Incluso, puedes hacer un abonado más fuerte echando ambos en el mismo año.
Abono orgánico: Aporta alrededor de la palmera 1 kilo de estiércol hecho, mantillo, turba, etc. y mézclalo ligeramente con el suelo mediante una azada. Sólo es enterrarlo un poquito, no caves más de 5 centímetros de profundidad porque dañarías las raíces superficiales. Esta materia orgánica aportará nutrientes a medida que se descomponga y mejorará la estructura del suelo.
Abono mineral: Aporta en primavera unos 50 gramos por palmera de abono mineral de lenta liberación o de un abono complejo 15-15-15. Otra opción es repartir el abono en 2 o 3 veces a lo largo del año, sobre todo en suelos arenosos.