Que la tierra sea fértil en el jardín o huerto es esencial para poder cultivar y que las plantas crezcan mucho más rápido y sanas, puesto que recibirán mejores nutrientes. Así, cuanto más orgánico sea el abono y menos componentes químicos tenga será mejor para fertilizar la tierra que deseamos conrear.
Cómo hacer abono natural excelente reciclando algunos residuos orgánicos que desechamos en casa como hojas, restos de fruta, verdura, vegetales, café, cáscaras de huevo o estiércol. Para tu jardín Macrobonsai®.
Reúne los residuos orgánicos de tu basura. Recuerda que para hacer abono natural, además de los residuos (cáscaras, frutas, vegetales…) también podemos utilizar desechos del jardín como hierbas, plantas u hojas. Es recomendable que no incorpores restos de animales, así como aceites, lácteos, plantas enfermas o sustancias químicas como pesticidas o herbicidas.
Escoge un lugar en el jardín y haz un agujero en el suelo. Este pozo debe ser de unos 50 cm tanto de profundidad como de diámetro.
Otro método muy frecuente es utilizar algún recipiente sin tapa con agujeros en la superficie.3
Introduce los materiales orgánicos en el pozo y tápalos con tierra. Cada día puedes ir incorporando un poco de tierra.
4
Cubre la parte superior del agujero con telas, chapas o una malla metálica. De esta manera evitarás que se cuele el agua de la lluvia y pueda encharcarse.5
Airea el montón de residuos una vez por semana. Puedes utilizar un rastrillo y mover los residuos de afuera hacia adentro. Con este método, evitarás que los desechos se compacten.
Revisa que los materiales se vayan descomponiendo adecuadamente. Ten en cuenta que el abono necesita una cantidad correcta de humedad. Para comprobar que se está descomponiendo bien, observa que el montón tenga el aspecto de una esponja húmeda.
Si empiezas a preparar el abono natural en verano, solo tardarás dos o tres meses en tenerlo listo. Si lo elaboras en invierno tendrás tu abono en cinco meses. Sabrás que el abono está preparado cuando ya no distingas los residuos originales. El abono tendrá un color marrón oscuro y debe oler a tierra húmeda.
Pasado este tiempo, ya puedes incorporar el abono natural a tus plantas, que crecerán más sanas y con más fuerza.