Plantar un árbol puede ser una tarea de gran interés para las personas que poseen un jardín. Además de ser de gran interés para el mundo y la naturaleza en general; los árboles son una excelente manera de luchar contra el calentamiento global. Estos absorben CO2 y gases con propiedades de efecto invernadero siendo incluso una fuente de alimento, sombra y refugio para insectos y aves con lo que limpian el aire en las ciudades y mantienen un ambiente agradable a la vista.
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Plantar un árbol es una labor que requiere de un estudio previo y de mucho tiempo y paciencia. En primer lugar, se deben estudiar cuales son las especies de árboles que mejor se adaptan al entorno en que se van a plantar. Se deben tomar medidas acerca del espacio que el árbol ocupará al crecer y sobretodo, acerca de las condiciones y materiales vitales para ello.
En primera instancia, es prudente acotar que al adquirir el árbol éste se entrega dentro de un recipiente el cual se debe regar una noche antes de trasplantarlo a su nueva vivienda; con el fin de mantener la tierra pegada a las raíces.
Al momento de trasplantar el árbol se debe hacer un agujero en el lugar del doble del tamaño de la bolsa; luego se procede a cortar la bolsa con cuidado y colocarla en el hueco donde crecerá, cuidando que el cuello de la raíz quede al ras del suelo.
Es esencial para el óptimo desarrollo colocar abono en el hueco para taparlo completamente tratando de que quede recto. Se puede colocar una estaca amarrada al árbol, que lo ayude a crecer hacia arriba.
Aunado a esto, se debe tener minucioso cuidado en relación al riego del árbol, sobre todo durante el primer año, el cual debe ser mayor en temporadas de verano; evitando llenarlo mucho de agua pero manteniéndolo húmedo en todo momento para que crezca sin inconvenientes y no mueran sus extensiones.
Limpiar la maleza alrededor y protegerlo de hormigas son también, actividades fundamentales para que el árbol no se enferme.
