Las viñas o las parras pueden tenerse en terrenos extensos y formar un viñedo o bien pueden tenerse en espacios algo más reducidos, como un jardín o macetas grandes. Aparte de quienes las cultivan para ganarse la vida, hay quienes las cuidan para tenerlas como plantas decorativas o incluso para que den sombra en el jardín o terreno, convirtiéndose este en un lugar idóneo para colocar una mesa y unas sillas y disfrutar de un lugar fresco en verano. Sin embargo, para conseguir un mejor crecimiento, para que la planta sea frondosa y las uvas sean de calidad, es necesario podar las viñas. Para ello, hay que saber cómo y cuándo hacerlo para que sea efectivo.
Tipos de poda de la parra
Las vids o parras se deben podar a lo largo de su vida diversas veces, para mantenerlas así en buen estado y permitirles crecer fuertes, favoreciendo que sean frondosas y/o que sus uvas sean válidas para el consumo y sabrosas. Así, podemos diferenciar entre dos tipos de poda de la parra según el objetivo que se busque:
Poda de formación
Si la planta o parra es joven, las primeras podas se conocen como poda de formación ya que determinarán la forma y la fuerza de esta. Por lo tanto, estos procesos pueden variar un poco según si se busca usar la planta como parra para uvas de mesa, para hacer vino o como parra para dar sombra. Además, pueden variar según la temperatura y el clima de la zona, el tipo de uva o su cepa. Algunas formas habituales son la poda de la vid en vaso y en espaldera, pero existen más técnicas y formas por lo que hay que utilizar la que se necesite en cada caso.
En vaso será cuando se busque tener una viña de forma individual, aunque haya más en el terreno, es decir, sin ser unida a otras para formar un gran terreno. En cambio, la técnica de la espaldera servirá para crear viñedos en los que las parras estén conectadas con alambres o soportes o bien en casos en los que se busque usar una sola vid para dar sombra a una zona con un soporte.
Poda de fructificación
Cuando la planta ya es suficientemente grande y fuerte, con la forma adecuada, para poder dar uvas, normalmente tras unos pocos años, se realizan las podas de fructificación. Estas nos sirven para controlar la forma de la parra y su crecimiento, ayudando así a que las uvas se formen mejor porque les llegará mejor la luz solar y estarán más ventiladas.
Cómo y cuándo podar una parra joven
Cuando la parra que queremos podar está plantada hace poco tiempo, es decir que es joven, se conoce como vid y el proceso es conocido como poda de formación. Existen diversos tipos de esta y dependen de la forma y uso que se le querrá dar, pero también dependerá del clima y del tipo de uva, si es uva de mesa blanca o negra, por ejemplo, o de otras cepas. Podar una parra en verde o joven para formarla puede hacerse durante los 3 o 4 primeros años. Para hacerlo solo vas a necesitar unas tijeras de poda y unos guantes si lo crees necesario.
Cuándo podar una parra por primera vez
Tanto la primera vez como a lo largo de estos primeros años en los que se hará la parte más importante de la formación de la vid, la poda se hará siempre en invierno y en primavera. Se trata de las dos épocas clave para asegurar un correcto crecimiento de la planta.
Concretamente, habrá que esperar al primer invierno después de la plantación para la primera poda. Hay que procurar no hacerlo en pleno invierno si en la zona que vivimos hace mucho frío, es mejor hacerlo cuando termine el otoño ya que es necesario esperar a que hayan caído las hojas pero hay que evitar temperaturas demasiado bajas.
En invierno retiraremos los sarmientos de la temporada anterior y los que se hayan secado y en primavera cortaremos algunos brotes verdes si han crecido muchos para que, así, la planta centre los esfuerzos en los brotes nuevos más fuertes.
Cómo podar una parra joven o en verde
Al tratarse de la primera poda se debe elegir el sarmiento o rama principal de la parra, es decir, que sea el más fuerte y recto. Hay que acabar de retirar todas las hojas secas que puedan quedar en este sarmiento principal y luego cortar el resto de ramas más débiles hasta la base y el brote que dejamos hay que podarlo dejando 3 o 4 yemas o nudos, en el caso de las uvas blancas, y 2 yemas o nudos en el caso de las uvas negras.
Cortando los primeros brotes lograremos que los siguientes crezcan ya con más fuerza, lo cual veremos en la primavera en cuanto comience a brotar de nuevo.
Cuando la parra está en el segundo período de crecimiento hay que volver a podarla, normalmente en primavera, cuando los brotes llegan a unos 30 cm de longitud.
De nuevo, escogeremos el más fuerte y cortaremos los demás. Esta vez, ataremos la rama a un soporte, dejaremos que siga creciendo y cuando esta llegue a la parte de arriba del soporte la pinzaremos, de esta forma se ramificará creándose dos ramas fuertes.
Estas, durante el crecimiento, deberán pinzarse a unos 20 o 25 cm de longitud. Durante el resto de tiempo de crecimiento habrá que dejar crecer la vid y solo ir pinzando los nuevos brotes que salgan directos del tronco o rama principal.
Habrá que ir haciendo este proceso en cada época de poda de la parra hasta conseguir una planta suficientemente fuerte y frondosa para dar uvas buenas.
Cómo podar una parra vieja
Para podar una parra vieja habrá que seguir el mismo procedimiento e ir estimulando el crecimiento de nuevos brotes y ramas, pero además habrá que retirar las partes viejas de la planta.
Para ello, hay que cortar las ramas de madera viejas, que tengan dos años de edad o más, y que no estén produciendo brotes nuevos y fuertes. Asimismo, siempre que veas una parte de madera que esté podrida o en mal estado deberás cortarla también, aunque no tenga aún un par de años.
Evidentemente, para eliminar la madera vieja puede que necesites alguna herramienta más como unas tijeras de podar más grandes u otras herramientas más fuertes según la rama que debas retirar.