Las plantas en maceta necesitan unos cuidados un tanto diferentes a las que están en tierra. Al tener menos sustrato, llega un momento en que será necesario trasplantarlas a tiestos mayores, ya que de lo contrario no podrían crecer y, además, se podrían debilitar mucho.
El riego es fundamental para que las plantas puedan crecer y vivir. Pero, ¿cómo hacerlo correctamente? Comprobando la humedad de la tierra
Introduciendo un palo delgado de madera (como el que se usan en los restaurantes japoneses): si al extraerlo sale limpio, es porque el sustrato está muy seco y, por lo tanto, hay que regarlo.
Cogiendo la maceta nada más regarla, y de nuevo unos días más tarde. Así sabrás cuándo pesa poco, o lo que es lo mismo, cuándo se ha de regar.
Además, hay que tener muy en cuenta que, si se tienen plantas en interior, el plato que tengan debajo de las macetas se ha de vaciar al cabo de 30 minutos después de haber regado.
Regando a la mejor hora posible
Las plantas se han de regar o por la mañana temprano o por la tarde-noche. Así se aprovecha mejor el agua. Evita mojar las flores y las hojas, pues se acaban dañando.
Tan importante como el agua es la tierra. Las plantas en maceta necesitan que la tierra tenga buen drenaje, de lo contrario, se pudrirán sus raíces. No todas las plantas necesitan el mismo sustrato. Pregunta a nuestros expertos del Garden Iberplant.
No hay que olvidarse de abonar
El sustrato puede acabar sin nutrientes, por lo que hay que abonar en primavera y verano, ya sea con abonos minerales o con los orgánicos.
Ni tampoco de trasplantar
Se ha de cambiar la planta de maceta (y renovar el sustrato) cada vez que las raíces se vuelvan visibles si miramos los agujeros de drenaje, a finales de invierno, o en primavera en el caso de las plantas de interior.
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