Un olivo centenario es una variedad de árbol altamente extendida por todo el mediterráneo y recibe su título de centenario debido a que son ejemplares que gracias a su lenta velocidad de crecimiento son capaces de vivir más de cien años manteniéndose formidablemente firmes al paso de los años. Son plantas realmente apreciadas tanto por su aporte estético como a su cultivo de olivas que son empleadas para la producción del aceite de oliva, un ingrediente realmente empleado en la gastronomía mediterránea, por lo que lo invitamos a conocer más sobre estos robustos ejemplares.
Características de un olivo centenario
Los olivos centenarios se caracterizan por sus troncos retorcidos y de corteza abombada, cuyo diámetro puede variar ampliamente según el ejemplar. Sus hojas de diminuto tamaño crecen en pequeños brotes en sus ramas y sus frutos son pequeños óvalos que crecen por racimos fácilmente dependiendo de la estación.
Los olivos centenarios son realmente reconocidos por su resistencias a las condiciones difíciles, siendo arboles diseñados para poder resistir a temporadas fuertes de sequias y que se han adaptado para existir en climas calurosos con fuertes cantidades de luz solar. Por lo que son arboles realmente resistentes que a pesar de pasar temporadas difíciles, son capaces de retoñar de nuevo al ser debidamente regados.
Cultivo de olivos centenarios
Dependiendo de los cuidados de poda, abonado y riego de un olivo centenario se puede obtener entonces frutos de diferentes calidades que son los que definen la calidad del aceite de oliva que se obtenga a partir de ellos. El cultivo de sus frutos y venta de sus aceites ayuda en muchos casos a contribuir en el mantenimiento y cuidado de estos árboles lo cual en muchos lugares se emplea para impulsar la conservación de diferentes variedades y especies específicas.